viernes, 22 de junio de 2012

EL FRAUDE
Mario Ernesto Castillo Guzmán -Contador público

Los seres humanos somos imperfectos por naturaleza, y es esa imperfección la que hace que algunas personas cometan fraudes en las empresas para las cuales trabajan, llegando al extremo de que los que cometen los fraudes forman parte de los propietarios o son altos ejecutivos de la entidad. Cuando el fraude lo comete algún accionista o ejecutivo de confianza de la entidad, es mucho más dificil detectarlo ya que el Auditor muchas veces le reporta a ese accionista o ejecutivo.
Las empresas públicas y privadas no están exentas de ser victimas de fraudes que van desde que el empleado se lleva un lapicero para su casa, hasta quienes se llevan millones de dolares. ¿Qué hacer para evitar los fraudes?, bueno como mínimo hay que diseñar un eficiente control interno el cual debe ser revisado constantemente, ya que un procedimiento de control que era efectivo hace un año, quizás ya no lo sea hoy. Las empresas internacionales tampoco se escapan de los fraudes, muy a pesar que puede pensarse que por ser internacionales, son lo máximo en control interno, lo cual en la realidad no siempre es así.
¿Qué responsabilidad tiene el Auditor Externo y el Fiscal en caso de un fraude en una entidad que audita?, la responsabilidad del auditor externo y el auditor fiscal es el de evaluar el control interno de la entidad que audita, e informar al gobierno corporativo sobre las debilidades del control interno que haya detectado al desarrollar su auditoría, sin embargo la responsabilidad central de la efectividad del control interno de la entidad para prevenir un fraude, recae sobre su gobierno corporativo (altos ejecutivos o propietarios).
La experiencia como profesional independiente me permite comentar que en la mayoría de los casos, cuando el Auditor detecta e informa un fraude, el auditor recibe como premio la noticia que ya no lo contratan para el próximo ejercicio contable, bajo la premisa que no fue capaz para detectar oportunamente el fraude. Esta clase de decisiones en algunos casos es valida pero en otros no.
Los fraudes no hacen distinción de la categoría de empresa (pequeña, mediana o grande), obviamente las entidades que están más desorganizadas, son las más expuestas a un fraude, no importando la categoría de esas entidades. La realidad es que muchas entidades consideradas como grandes contribuyentes, tienen un control interno deficiente, a tal grado que en un alto porcentaje no tienen manuales de puestos, de control interno, organigrama, etc.
Es oportuno mencionar que por muy bueno que se considere el control interno de una entidad, y que se tenga la tecnología de punta, la posibilidad de un fraude no se elimina, sino que se minimiza, es decir que el germen del fraude es parte inherente de la vida de la entidad. Si no se puede eliminar los fraudes en una entidad ¿Que debe hacerse?, bueno como minimo hay que retomar las observaciones que el auditor le haya informado a la Administración, pero no en forma cosmética sino decisivamente para combatir frontalmente el fraude.

Continuaremos ....

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